En Madrid se desayuna entre las 8:00 y las 11:00 y en muchas ocasiones en la calle. La primera comida del día se suele basar en el café (servido en taza o en vasos pequeños de cristal similares a los de las cañas de cerveza) y en un complemento dulce o salado que suele salir de entre el básico pan tostado con aceite de oliva y tomate triturado (indispensable en todos los bares y cafeterías), la bollería (cruasanes o napolitanas de chocolate, aunque son más habituales para la hora del almuerzo de media mañana) o los churros o porras. Los panes tostados se pueden también acompañar excepcionalmente con pavo, jamón cocido o jamón serrano, pero no es lo más habitual.
El tradicional Chocolate con Churros o Porras

Aunque en Madrid el café es la bebida reina a la hora del desayuno (lo piden más de un 75% de las personas), cabe destacar por su historia y su tradición el que se podría considerar como el desayuno más castizo de la ciudad: El chocolate con Porras o con churros. Se trata de un icono de Madrid, el máximo exponente de su gastronomía para desayunar.
La preparación de los churros tradicionales no tiene demasiado misterio. Se hace una pasta mezclando agua, harina y un poco de sal, que luego se pasa por una máquina que genera esa larga forma estrellada. Luego hay que freírlo en aceite muy caliente. En cuanto a las porras, son una evolución de los churros a cuya elaboración se le añade además otros ingredientes y un mayor tiempo de reposo para hacer una masa más esponjosa y gruesa.
La tradición es comerlos mojados en chocolate caliente, aunque también se toman mojados en café o azúcar. En Madrid existen auténticas instituciones muy antiguas y clásicas, auténticos museos chocolateros donde sirven chocolate y churros desde hace mucho tiempo. En la chocolatería San Ginés, junto a la calle del Arenal, sirven cada día 2.000 chocolates y ¡10.000 churros! desde su inauguración en 1894.
Hay que tener en cuenta que muchos bares de Madrid ofrecen churros y porras, pero salvo las chocolaterias y churrerias especializadas, la mayoría no los cocinan en el momento, sino que los sirven fríos o con un ligero toque de calor del horno o el tostador.
Cómo pedir el Café en Madrid
El café se toma tanto en taza como en un pequeño vaso de cristal similar al que se usa para las cañas, lo que es muy típico de los bares populares de Madrid. Aunque Madrid no es como Málaga (con 9 formas de pedir el café y cada una con su nombre propio), sí que es habitual pedir el café de diferentes formas atendiendo a la relación entre la cantidad de leche y la de café.
Las principales formas de pedir un café en Madrid son:
- Café solo: El café por excelencia, el más simple, pero que puede ser tan distinto según el bar o cafetería que lo sirva.
- Café cortado: Con la misma cantidad de café que en un solo, se añade solo un poco de leche calentada con un vaporizador y hasta llenar la taza, no muy grande.
- Café con leche: El clásico. El más consumido en Madrid. Su nombre lo dice todo. La cantidad de leche deseada puede variar según el gusto del comensal, así que se hay establecimientos donde lo sirven delante del cliente, con el tipo de leche que prefiera (caliente, fría, desnatada, etc.). Se prepara en una taza más grande. La proporción habitual suele ser mitad y mitad.
- Manchado (también conocido como leche manchada): Es más habitual en la zona sur de España pero que ha terminado extendiéndose por todo el territorio.Es la antítesis del café cortado, muy poquito café, casi un gota, en un vaso de leche.
Junto a estas opciones existen otras menos habituales como el café largo, el café americano, el capuchino, etc. Por supuesto, hoy en día existen versiones descafeinadas de todas estas variedades.