¿Te imaginas una pequeña isla apenas habitada, sin carreteras asfaltadas y que únicamente podrás recorrer a pie, bicicleta o todoterreno de alquiler? ¿Y si además dispone de algunas de las mejores playas de las Islas Canarias? Pero es que además debes saber que para llegar a La Graciosa únicamente podrás ir en barco, ya sea una excursión en catamarán o usando la línea de ferries llegan desde un pequeño puerto al norte de Lanzarote. Sí, este paraíso existe y se llama La Graciosa, la octava isla de las Islas Canarias y la más desconocida de todas. Además,por encima de todo lo que más destaca en ella son sus playas vírgenes para todos los gustos.
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Mapa de La Graciosa
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¿Cómo llegar a las Playas desde Caleta del Sebo?
Caleta del Sebo es la principal y única población que encontrarás en La Graciosa. No esperes grandes avenidas… ni siquiera calles asfaltadas ni vehículos. Sus casas se organizan en caminos de tierra entre los que encontrarás los pocos pero aconsejables restaurantes de comida local. Es en este punto donde desembarcas si, como es lo más normal, vienes con tu ferry. La propia población tiene una tranquila y preciosa playa urbana, aunque normalmente (salvo que vengas con niños) lo que querrás es visitar algunas de sus playas salvajes.
Para moverte desde Caleta del Sebo hasta cualquiera de sus playas existen dos opciones principales: Bicicleta y taxi 4×4. También puedes intentar ir caminando, pero salvo que te guste mucho el trekking no es lo más recomendable, pues las distancias son considerables y los caminos son lo bastante buenos como para disfrutar del paseo en bicicleta. Tanto los taxis 4×4 como las bicicletas puedes alquilarlos directamente en Caleta del Sebo al llegar, aunque lo más recomendable (especialmente en temporada alta) es reservar previamente por teléfono.
Las mejores playas de La Graciosa
La Graciosa es una isla espectacular, de una belleza casi virgen y playas salvajes. Casi cualquier opción que elijas es buena aunque, como en todo, siempre hay algunas de sus playas que se han hecho más conocidas por su belleza o su amplitud. Aunque tampoco debemos de pasar por alto otras opciones más desconocidas, de las que hablaremos más adelante.
Playa de la Francesa

La Playa La Francesa es una de las mejores playas de a Isla de La Graciosa, sobre todo si tenemos en cuenta que es una de las que más cerca del poblado de Caleta del Sebo encontramos, lo que hace que sumemos la facilidad de su acceso a su inconmensurable y salvaje belleza. Se encuentra en la zona sur, frente a la costa norte de Lanzarote y con los acantilados de Famara al fondo. De arena dorada y aguas tranquilas y de un profundo color turquesa.
Si salimos de Caleta del Sebo (probablemente con nuestra bicicleta) en dirección a la Montaña Amarilla, una vez atravesemos la playa del Salado (preciosa también, como todas las playas de la isla, pero mucho menos espectacular y más rocosa), llegaremos a la popular Playa de la Francesa. Se encuentra a escasos dos kilómetros del puerto de atraque del Ferry desde Lanzarote, lo que se traduce en poco más de media hora caminando y unos veinte minutos en bicicleta (aunque habrá trayectos en los que la arena se acumula y deberás ir andando junto a tu bicicleta). En taxi 4×4 son únicamente 5 minutos de trayecto.
Se trata de una playa paradisíaca y, también, una de las más visitadas de la isla. El motivo es que es probablemente la “menos salvaje” de todas las playas de la Isla de la Graciosa. Su belleza radica en su arena blanca y sus aguas tranquilas provocadas por su forma de herradura hacia el sur, que la protege de las corrientes y los vientos. Además, al fondo encontrarás los impresionantes acantilados de Famara presidiendo la vista en todo momento. Y si te gusta el snorkel, aprovecha cuando la marea sube y se forma una especie de falsa laguna salada en la propia playa repleta de vida animal. ¡No olvides tus gafas y el tubo de buceo!
Su extensión es de más de 400 metros de arena blanca, aunque no con demasiada anchura, divididos en dos zonas por un pequeño dique rocoso.
Es probablemente la playa más concurrida de la Isla de La Graciosa. Esto es debido a que es una de las más cercanas a Caleta del Sebo, pero también a que sus aguas tranquilas y su proximidad a Lanzarote la hacen el destino ideal de todas las excursiones programadas a la Isla de la Graciosa. Lo normal es que a media mañana y hasta pasada la hora de comer fondeen diversos barcos de recreo particulares y también algunas embarcaciones comerciales repletas de turistas. La mejor hora para disfrutarla en plenitud es a partir de las 4 o 5 de la tarde, cuando zarpan todas estas embarcaciones y comienzan a irse las personas que han ido a pasar únicamente el día a La Graciosa. Si vas a hacer noche en la isla, no dejes de aprovechar esta playa al atardecer.
Playa de las Conchas

Tal vez sea por su salvaje aspecto. O puede que por sus aguas turquesas y más de 600 metros de arena blanca. O quizás se deba a la impresionante vista hacia las islas vecinas, deshabitadas y rocosas de Montaña Clara y Alegranza. Pero la verdad es que la Playa de las Conchas es, por derecho propio, la mejor playa de La Graciosa y una de las mejores playas de todas las Islas Canarias. Imprescindible visitarla si únicamente puedes elegir una de entre todas las opciones de esta pequeña isla al norte de Lanzarote. Aunque eso sí, debes tener ganas de ir, porque es también una de las más alejadas de Caleta del Sebo, donde te dejará el Ferry.
Esta paradisiaca playa completamente salvaje se encuentra a más de 5 kilómetros de distancia de Caleta del Sebo. Si vienes en bicicleta serán prácticamente 45 minutos de paseo (eso sí, disfrutando de los increíbles paisajes de La Graciosa), a dos horas andando y a unos 10 minutos en taxi 4×4. Pero el viaje merece la pena aunque sólo sea para sentarse en su orilla y ver como las olas rompen en su orilla con la energía de la inmensidad del atlántico con la costa rocosa del pequeño islote Montaña Clara tras una franja azul de mar.
Eso sí, cuando la marea está baja olvídate de bañarte en sus aguas. La costa norte de La Graciosa, debido a ese río que forma con otras pequeñas islas del archipiélago de Chinijo, es la más peligrosa para bañarse debido al oleaje y a las constantes corrientes. Pero no te preocupes, que no te vas a pegar el paseo para no poder refrescarte. Porque esta espectacular playa tiene para todos los gustos. Según va subiendo la marea se forma una franja de arena que crea una tranquila laguna natural que permite disfrutar de las aguas turquesas, con estas impresionantes vistas, a toda la familia.
A su espalda encontrarás la Montaña Bermeja, un precioso mirador de tierra rojiza desde donde obtener las mejores vistas de la playa y de toda la zona norte de la isla de La Graciosa.
¿De donde viene su nombre? Lo descubrirás cuando veas toda la arena repleta de exóticas caracolas y conchas de todos los tamaños. Precioso.
Playa del Salado

Por su cercanía con Caleta del Sebo (y porque las comparaciones son odiosas) suele pasar mucho más desapercibida que su vecina la Playa de la Francesa, aunque no tiene nada que envidiarle, salvo que es bastante más rocosa. Se trata de una espectacular playa de más de dos kilómetros de extensión, que conserva la también vista a los acantilados de Famara y las aguas tranquilas y turquesas de poca profundidad al igual que el resto de playas del sur de La Graciosa.
Además, es de las pocas playas que cuentan con servicios a los bañistas (lo que también la hace la menos especial y virgen), debido a que ahí es precisamente donde se encuentra el único punto donde se permite la acampada en toda la isla de La Graciosa. No vamos a encontrar chiringuitos, bares y tiendas, por supuesto, pero si que vamos a poder disfrutar de duchas y aseos, lo que probablemente la haga la más familiar de las playas de la octava isla. Esta zona de acampada (que por cierto es gratuita pero hay que reservar con bastante antelación) se encuentra en la parte de la Playa del Salado más cercana a Caleta del Sebo.
Las otras playas de La Graciosa que también debes conocer
Puede que no lleguen a la altura de la Playa de las Conchas, o que no sean de tan fácil acceso como la Playa del Salado o la Playa de la Francesa. Pero la verdad es que La Graciosa es una isla que tiene multitud de pequeñas playas y calas de exuberante belleza virgen en las que perderse lejos del bullicio o que disponen de unas características distintas que las hacen especiales y más que dignas para ser visitadas y disfrutadas.
Playa de la Laja, en Caleta del Sebo

Se podría decir que es la playa “urbana” de La Graciosa. Pero teniendo en cuenta que precisamente estamos en Caleta del Sebo, y no en Arrecife o cualquier otra localidad turística de Lanzarote, esto no es precisamente un inconveniente. Cuando otras playas aportan belleza virgen y salvaje, la Playa de la Laja nos permite refrescarnos en unas aguas tranquilas y turquesas con barcos de pescadores fondeados, lugareños arreglando sus redes y casitas “gracioseras” a nuestra espalda. Y por supuesto, sin renunciar a las increíbles vistas a los acantilados de Famara al fondo.
Se trata de una pequeña cala de apenas poco más de 100 metros de longitud y unos 15 metros de ancho, que puede llegar a estar bastante concurrida en temporada alta pues es a donde van a refrescarse la gente local y las familias con niños pequeños que no quieren renunciar a visitar la Isla de la Graciosa pero que no se atreven a alejarse más andando ni en bicicleta.
Además, como ventaja tiene que al estar situada en pleno “núcleo urbano” de caleta del Sebo, no te irás de La Graciosa sin disfrutar de la espectacular gastronomía graciosera, que si bien no difiere mucho de la de Lanzarote y del resto de las Islas Canarias, siempre tiene un sabor especial degustar los pescados locales en un verdadero pueblo marinero.
Playa de la Cocina

Situada junto a la Montaña Amarilla, un poco más al oeste que la Playa de la Francesa, es una de las playas más desconocidas de La Graciosa. Lo que es una verdadera pena debido a su belleza, su pequeño tamaño, sus aguas turquesas y tranquilas y sus impresionantes vistas con la Montaña Amarilla a su lado. Sin embargo, su acceso es uno de los más complicados de la isla, pues únicamente puede llegarse hasta ella andando, pues el camino para bicicletas y taxis 4×4 termina poco antes de alcanzar la Playa de la Francesa. Por lo que el resto del camino hay que realizarlo a pie. Desde Caleta del Sebo son unos seis kilómetros de ruta, algo así como una hora y media caminando. Eso sí, no encontraréis muchos más aventureros como vosotros en la playa, únicamente a aquellos que, una vez llegados a Playa de la Francesa, deciden continuar un poco más para obtener su premio.
Es una pequeña cala absolutamente virgen de unos 100 metros, muy tranquila, de aguas transparentes y escasa profundidad en la que se puede uno bañar tranquilamente, ya que está resguardada de las fuertes corrientes que hay en la zona de El Río, el estrecho que separa La Graciosa de Lanzarote .
Si te gusta el trekking, lo ideal es que aproveches que has llegado hasta aquí para, antes de bajar a la cala, subir hasta la Montaña Amarilla, uno de los conos volcánicos más conocidos de La Graciosa. Desde allí obtendrás unas vistas impresionantes de toda la zona sur de la isla y de la Playa de la Cocina. Eso sí, cuando bajes disfrutarás de un buen baño, porque la subida es considerada de cierta dificultad debido a su pendiente (130 metros de desnivel en poco más de un kilómetro) con tramos nada sencillos.
Su belleza radica especialmente en el contraste de colores inigualable que propone, entre el amarillo azufre del cono volcánico, que va desvaneciéndose hasta romper en el azul turquesa de las aguas poco profundas.
Playa del Ámbar

Probablemente se trate de la playa más salvaje y virgen de La Graciosa. No en vano es también una de las más peligrosas para el baño, pues es la que se encuentra más al norte de la isla con plena exposición a las corrientes y al oleaje del salvaje Océano Atlántico. Además, su paisaje salvaje se refuerza por las espectaculares dunas que la rodean y aportan todavía más belleza al entorno.
Se encuentra situada al norte, cerca de la población de Pedro Barba (el segundo núcleo urbano de La Graciosa, pero poco más que una urbanización para turismo de ultra lujo). Para llegar puedes hacerlo por el sendero que llega desde la Playa de las Conchas o bien por la ruta que llega desde Caleta del Sebo hasta Pedro Barba y continuando un poco más hacia el norte. Debido a su lejanía las mejores formas de llegar son en bicicleta o en taxi 4×4.
Se trata de una playa agreste, de aspecto salvaje y poco amigable, pero de indudable belleza. La Playa del Ámbar, también conocida como Playa de Lambra, es una playa grande de aguas claras, elevaciones dunares de arena blanca mezcladas entre rocas volcánicas y expuesta a los vientos del norte. Sus aguas son profundas, llenas de corrientes y oleaje. Muy peligrosas.
Playa Baja del Ganado

Se la podría considerar la hermana pequeña y salvaje de la Playa de las Conchas. Se encuentra a medio camino en la ruta que va desde Caleta del Sebo hasta la playa de las conchas, aunque su acceso es menos directo por lo que tendrás que bajarte del taxi 4×4 o de la bicicleta mucho antes y terminar de acceder a pie.
La Playa Baja del Ganado es una playa de contrastes. Los colores de sus aguas turquesas y la arena blanca chocan de una manera espectacular con el color negro intenso de las rocas volcánicas que se encuentran de manera desordenada por toda la orilla. Si a esto le unimos las impresionantes vistas a la isla de Montaña Clara (la misma que adorna las vistas de la Playa de las Conchas), tenemos la postal perfecta.
Sin embargo, a su difícil acceso debemos añadirle que sus aguas son movidas, con corrientes y peligrosas (y no, en esta ocasión no se forma una pequeña laguna salada con la marea alta como ocurre en la Playa de las Conchas, por lo que no te podrás bañar).
Caleta de Pedro Barba

En algún punto ya hemos hablado de Pedro Barba, el segundo núcleo urbano de la isla de La Graciosa, pero que únicamente se usa como viviendas turísticas (de alto precio) durante la temporada alta, por lo que seguiremos considerando a Caleta del Sebo como el único pueblo de la isla.
Pues bien, en esta agrupación de casas de vacaciones hay una pequeña caleta de aguas calmadas y azules que la mayor parte del año está completamente vacía, pues únicamente es visitada por los habitantes de Pedro Barba (cuando están ahí).
Se trata de una playa bonita, en un núcleo urbano pero sin ningún servicio. Ni restaurantes, ni tiendas, ni duchas, ni aseos. Eso sí, tendrás tranquilidad y un fácil acceso desde Caleta del Sebo. Se encuentra a algo más de seis kilómetros, que podrás hacer en bicicleta o taxi 4×4.