La octava isla canaria es un pequeño frasco paradisíaco para disfrutar a pequeñas gotas. Un diminuto remanso de paz en el que no existen carreteras asfaltadas, con tan sólo 700 habitantes censados y en el que los único vehículos a motor son los taxis 4×4 que llevan a los turistas a las diferentes playas. Porque además, la única forma de llegar a la isla es en barco, propio o alguno de los ferries que zarpan periódicamente desde Lanzarote, lo que la hace todavía más atractiva y especial, manteniendo esa esencia de isla virgen que la hace, probablemente, una de las cosas más especiales que vas a conocer nunca.

Posee unos atractivos naturales fuera de toda duda que incluyen desde playas vírgenes y salvajes hasta volcanes de vivos y llamativos colores, que en sus apenas 37km2 mezclan desde el turquesa de sus aguas hasta el dorado de sus playas o el amarillo y rojo de sus conos moldeados por el fuego.

Sin duda, aunque en algún momento te pueda dar pereza acercarte hasta la punta más al norte de Lanzarote para embarcarte en un Ferry a esta pequeña y cercana isla, no te dejes llevar por la comodidad y descubre el tesoro mejor guardado de las Islas Canarias, la Isla de La Graciosa.

Mapa de La Graciosa

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Mapa de La Graciosa, Lanzarote.

¿Cómo llegar a La Graciosa?

La Graciosa forma parte del conocido como archipiélago de Chinijo, un pequeño conjunto de islotes a muy poca distancia (apenas 1km)  al norte de Lanzarote cuyo mayor exponente (y único habitado y visitable) es precisamente la octava isla canaria.

Al tratarse de una isla prácticamente deshabitada y con la mayor parte de su territorio con algún grado de protección natural, la única forma de llegar a La Graciosa es en barco. Puedes optar por un barco propio (en alquiler, si te lo puedes permitir), una excursión organizada (normalmente en catamarán, que atracan en el puerto o fondean directamente en alguna de sus playas) o, lo más habitual, en alguno de los numerosos ferries que parten desde el norte de Lanzarote hasta el puerto de Caleta del Sebo, único núcleo urbano habitado de La Graciosa.

Llegar a La Graciosa en Ferry

Característico Ferry entre Lanzarote y La Graciosa.
Característico Ferry entre Lanzarote y La Graciosa.

El Ferry suele ser el método elegido por la mayor parte de visitantes que descubren La Graciosa a diario. Permite disfrutar de todo el día en la isla por libre, con la posibilidad de caminar al llegar o bien alquilar una bicicleta para hacer alguna de las rutas que te proponen. Para coger el Ferry te deberás dirigir al norte de Lanzarote, al pequeño pueblo marinero de Orzola, que prácticamente vive por y para el traslado a La Graciosa. No en vano apenas existen más comercios a parte de alguna tienda de alimentación y algún que otro restaurante.

Los horarios son diarios y variados, zarpando prácticamente cada hora desde Orzola a Caleta del Sebo entre las 8:30 y las 20:00, y en sentido contrario también con salidas cada hora entre las 10:00 y las 19:00. El precio aproximado es de unos 26 euros ida y vuelta, por persona. Y por si te lo preguntas, no es uno de esos ferrys en los que puedes meter tu vehículo, más allá de poder embarcar con tu bicicleta.

Para el tema del aparcamiento lo tienen bastante bien organizado. Las propias navieras tienen aparcamientos al aire libre gratuitos a los que te dirigirán nada más entrar en Orzola. Luego tendrás que ir caminando hasta el muelle, comprar tus pasajes o embarcar directamente si has reservado con antelación.

Los barcos son amplios, preparados para hacer los trayectos con un gran número de pasajeros en varias plantas, y el trayecto apenas dura 15 minutos. Las principales navieras que operan este trayecto son Líneas Romero o Biosfera Express.

Llegar a La Graciosa en una excursión organizada

Si no eres de los aventureros que les gusta hacer las cosas por libre, una excursión organizada puede ser tu mejor opción. Suelen estar bastante bien valoradas y no son demasiado “invasivas”, en el sentido de que te dejan bastante libertad para descubrir La Graciosa a tu aire.

Suelen incluir el transporte desde tu hotel hasta Orzola, el billete de ferry, tiempo libre para descubrir Caleta del Sebo y, posteriormente, una excursión en catamarán desde el mismo puerto con comida a bordo y parada en alguna de las mejores playas del sur de La Graciosa, que normalmente suele ser la Playa de la Francesa, la más paradisíaca y concurrida de la isla.

El precio suele rondar los 60 euros por persona, incluyendo todos los traslados, comida y bebida en el catamarán e incluso algunos materiales para la práctica de actividades acuáticas como snorkel. Como verás, en precio tampoco hay una gran diferencia. Sobre todo lo importante es saber cómo quieres descubrir la isla, en una excursión organizada en catamarán o por libre en bicicleta.

¿Cómo moverte por La Graciosa?

Como ya hemos comentado al principio, la Isla de La Graciosa es un terreno sin asfaltar (ni calles ni carreteras) en el que no está permitido el tráfico a motor, salvo unos escasos taxis 4×4. Por lo tanto las únicas opciones posibles son moverte a pie (únicamente para los sitios cercanos a Caleta del Sebo), en bicicleta de alquiler (la más habitual) o en taxi 4×4 (para aquellos que no quieren perder tiempo en los trayectos y saben lo que buscan).

En todos los casos partirás siempre desde Caleta del Sebo, el único núcleo urbano habitado de la isla y el lugar donde atracan los ferries que parten desde Lanzarote. En este pueblo con calles de arena y edificios blancos podrás conseguir un mapa de la isla y alquilar, tanto una bicicleta como un taxi 4×4. En ambos casos, si no quieres esperar cola o encontrarte con que no haya disponibilidad, te recomiendo que reserves previamente.

Moverse por La Graciosa Andando

No suele ser la opción más elegida, salvo que quieras ir a alguna de las playas más cercanas a Caleta del Sebo. Las distancias engañan y hace bastante calor, por lo que salvo que quieras ir a las playas de La Loja (la playa urbana de Caleta del Sebo) o la playa del Salado, ambas a escasos metros del puerto, no es la opción más recomendable.

Moverse por La Graciosa en bicicleta

Aparcamiento de bicicletas en una de las playas de La Graciosa.
Aparcamiento de bicicletas en una de las playas de La Graciosa.

Es el método por excelencia para moverse por La Graciosa. Hay una moda ahora mismo según la cual, si vas a La Graciosa y no montas en bicicleta es prácticamente como no haber ido. Sin duda, es una de las mejores opciones si quieres empaparte de todo el ambiente virgen y salvaje de la octava isla canaria, pero no debes olvidar que La Graciosa es una isla prácticamente desértica, sin un especial mantenimiento de sus caminos de tierra y con distancias considerables, por lo que debes tenerlo todo en cuenta a la hora de decidirte. A favor encontramos que los caminos son de una dificultad muy básica, sin apenas desniveles y que gracias a moverte en bicicleta no dependes de nadie para moverte cuando y por dónde quieras, pudiendo descubrir varias playas o incluso toda la geografía de esta pequeña isla de apenas 37km2.

Alquilar una bicicleta en La Graciosa cuesta aproximadamente unos 10 euros al día por persona. Con este precio dispondrás de una bicicleta de montaña en buen estado con la que disfrutarás como un niño por sus paisajes. Si quieres algún otro tipo de bicicleta (con ruedas más grandes o eléctrica) o algún extra (como sillitas para bebés) tendrás que pagar aparte. Aunque nuevamente sus precios son muy comedidos debido a la gran competencia que existe. Aunque puedes alquilarlas directamente al llegar a Caleta del Sebo, lo mejor es (especialmente en temporada alta) que reserves previamente por teléfono, para que no te encuentres con que tu idílico paseo en bicicleta hasta la lejana y famosa Playa de las Conchas se ha convertido en un paseo al sol hasta la cercana y “corriente” playa del Salado.

Existen dos rutas básicas para moverte por La Graciosa en Bicicleta:

  • La ruta del norte es circular y, saliendo desde Caleta del Sebo, atraviesa por el valle entre los volcanes de Montaña del Mojón y Las Agujas Grandes, para acercarse hasta la playa Baja del Ganado y posteriormente hasta la espectacular Playa de las Conchas, considerada la mejor playa de La Graciosa. La ruta continúa posteriormente por el norte de la isla por la playa del Ámbar (preciosa, pero salvaje y de aguas peligrosas) hasta llegar al poblado de Pedro Barba (un poblado compuesto únicamente de algunas pocas casas turísticas), para después seguir costeando hasta volver nuevamente a Caleta del Sebo.
  • La ruta del sur no es circular y tiene dos ramales que parten desde Caleta del Sebo. Si cogemos en dirección sur, conduciremos a lo largo de la kilométrica playa del Salado hasta llegar a la Playa de la Francesa (la más popular y familiar de La Graciosa). Continuando desde ahí, en esta ocasión a pie debido a la acumulación de arena, llegaríamos hasta la Montaña Amarilla y a la desconocida playa de la Cocina, una de las más especiales de la isla, que combina los colores turquesa del mar con la roca amarilla de la falda del volcán que se adentra en el océano. Por otro lado, podemos dirigirnos al norte en la misma dirección que la ruta norte para justo entre los dos volcanes que comentamos antes, La Montaña del Mojón y las Agujas Grandes, desviarnos hacia el sur nuevamente para rodear esta primera formación rocosa para costear hasta la cara norte de la Montaña Amarilla, aunque sin posibilidad de continuar en una ruta circular. En este caso tendremos que volver por nuestros pasos de nuevo hasta Caleta del Sebo.

Moverse por La Graciosa en Taxi 4×4

En la Graciosa están prohibidos los vehículos a motor, salvo un servicio de Taxi 4×4 que traslada a las personas desde Caleta del Sebo hasta el destino que elijan y que posteriormente los recoge en el mismo punto a la hora acordada. El precio es similar al alquiler de bicicletas, aproximadamente unos 10 euros por persona incluyendo la ida y la vuelta. Sin duda es la mejor opción si no quieres explorar completamente la isla y tienes muy claro qué es lo que quieres hacer y ver. Si por ejemplo tu objetivo es llegar a La Graciosa y disfrutar de la Playa de las Conchas sin detenerte en otras opciones, no lo dudes, el Taxi 4×4 es tu mejor opción. Podrás disfrutar igualmente del paisaje (al fin y a cabo irás por el mismo camino que en bicicleta), pero llegarás mucho más rápido y, lo más importante, descansado. También es una buena opción si vas cargado con sombrilla, mochilas o neveras para comer.

Qué ver en La Graciosa

Playa de la Laja, en Caleta del Sebo, La Graciosa.
Playa de la Laja, en Caleta del Sebo, La Graciosa.

La isla de La Graciosa, la octava de las Islas Canarias, es un pequeño reducto de naturaleza y autenticidad que ofrece grandes opciones para todos los públicos dependiendo de qué es lo que quieres hacer y cuanto tiempo estés. Podrás desde visitar paradisíacas playas hasta hacer senderismo a curiosas formaciones volcánicas, además de degustar comida local marinera y dejarte llevar por la autenticidad de sus habitantes en Caleta del Sebo, el único pueblo habitado de la isla.

Las mejores playas de La Graciosa

La Graciosa es una isla espectacular, de una belleza casi virgen y playas salvajes. Casi cualquier opción que elijas es buena aunque, como en todo, siempre hay algunas de sus playas que se han hecho más conocidas por su belleza o su amplitud. Aunque tampoco debemos de pasar por alto otras opciones más desconocidas. Las más populares y, también, las mejores opciones son la Playa de la Francesa, cercana a Caleta del Sebo y la más concurrida, y la Playa de las Conchas, más lejana, salvaje y de una belleza sin igual. Aunque luego existen otras opciones como la Playa de la Cocina, de dificil acceso, o la Playa de la Loja, la playa “urbana” más auténtica que vas a conocer en mucho tiempo. Consulta nuestra Guía de todas las Playas de La Graciosa para más información, aunque te dejamos un pequeño resumen aquí:

Playa de La Francesa

Playa de La Francesa, con los barcos de recreo fondeados y los acantilados de Famara al fondo.
Playa de La Francesa, con los barcos de recreo fondeados y los acantilados de Famara al fondo.

La Playa La Francesa es una de las mejores playas de a Isla de La Graciosa, sobre todo si tenemos en cuenta que es una de las que más cerca del poblado de Caleta del Sebo encontramos, lo que hace que sumemos la facilidad de su acceso a su inconmensurable y salvaje belleza. Se encuentra en la zona sur, frente a la costa norte de Lanzarote y con los acantilados de Famara al fondo. De arena dorada y aguas tranquilas y de un profundo color turquesa. Es ideal para familias, aunque también es la más concurrida debido a su cercanía con el puerto y a que suele ser donde fondean las excursiones en catamarán.

Playa de las Conchas

La famosa Playa de las Conchas, en La Graciosa, con la isla de Montaña Clara al fondo.
La famosa Playa de las Conchas, en La Graciosa, con la isla de Montaña Clara al fondo.

Tal vez sea por su salvaje aspecto. O puede que por sus aguas turquesas y más de 600 metros de arena blanca. O quizás se deba a la impresionante vista hacia las islas vecinas, deshabitadas y rocosas de Montaña Clara y Alegranza. Pero la verdad es que la Playa de las Conchas es, por derecho propio, la mejor playa de La Graciosa y una de las mejores playas de todas las Islas Canarias. Imprescindible visitarla si únicamente puedes elegir una de entre todas las opciones de esta pequeña isla al norte de Lanzarote. Aunque eso sí, debes tener ganas de ir, porque es también una de las más alejadas de Caleta del Sebo, donde te dejará el Ferry. Sus aguas suelen ser peligrosas, pero con la marea alta se forma una especie de Laguna con un banco de arena que convierte sus aguas en tranquilas y familiares.

Playa del Salado

Por su cercanía con Caleta del Sebo (y porque las comparaciones son odiosas) suele pasar mucho más desapercibida que su vecina la Playa de la Francesa, aunque no tiene nada que envidiarle, salvo que es bastante más rocosa. Se trata de una espectacular playa de más de dos kilómetros de extensión, que conserva también la vista a los acantilados de Famara y las aguas tranquilas y turquesas de poca profundidad al igual que el resto de playas del sur de La Graciosa. Es la menos salvaje debido a que a su espalda está la única zona de acampada de la isla con algunos servicios básicos como duchas y aseos.

Playa de la Laja, en Caleta del Sebo

Se podría decir que es la playa “urbana” de La Graciosa. Pero teniendo en cuenta que precisamente estamos en Caleta del Sebo, y no en Arrecife o cualquier otra localidad turística de Lanzarote, esto no es precisamente un inconveniente. Cuando otras playas aportan belleza virgen y salvaje, la Playa de la Laja nos permite refrescarnos en unas aguas tranquilas y turquesas con barcos de pescadores fondeados, lugareños arreglando sus redes y casitas “gracioseras” a nuestra espalda. Y por supuesto, sin renunciar a las increíbles vistas a los acantilados de Famara al fondo. Además podremos aprovechar para disfrutar de la comida local en los restaurantes marineros de las calles sin asfaltar que la rodean.

Playa de la Cocina

Playa de la Cocina, una coqueta cala a los pies de la Montaña Amarilla, en La Graciosa.
Playa de la Cocina, una coqueta cala a los pies de la Montaña Amarilla, en La Graciosa.

Es uno de los pequeños secretos que encontramos en La Graciosa. Se trata de una pequeña cala con las aguas tranquilas del sur de la isla que se encuentra al pie de la Montaña Amarilla. Su acceso sólo puede ser a pie desde la vecina playa de la Francesa, por lo que suele estar menos abarrotada. Destaca especialmente su mezcla de colores, con las laderas amarillas del cono volcánico adentrándose y contrastando con el turquesa de las aguas y el blanco de su arena.

Playa del ámbar

Situada más al norte que la Playa de las Conchas, probablemente se trata de la playa más salvaje y virgen de La Graciosa. No en vano es también una de las más peligrosas para el baño, pues es la que se encuentra más al norte de la isla con plena exposición a las corrientes y al oleaje del salvaje Océano Atlántico. Además, su paisaje salvaje se refuerza por las espectaculares dunas que la rodean.

Caleta de Pedro Barba

El gran secreto de La Graciosa, probablemente la playa más desconocida y poco concurrida de la isla. Está situada en el núcleo urbano de Pedro Barba, un pequeño poblado de unas pocas casas turísticas al noreste de la isla. Es una pequeña cala de aguas tranquilas que siempre se encuentra vacía debido a la distancia con Caleta del Sebo y a que Pedro Barba suele ser siempre un poblado fantasma.

Caleta del Sebo, único pueblo habitado de La Graciosa

Barcos de pescadoras en la playa de Caleta del Sebo.
Barcos de pescadoras en la playa de Caleta del Sebo. (Fotografía de Jesús García)

El pequeño núcleo urbano de Caleta del sebo (apenas 700 habitantes censados) será tu núcleo de operaciones en tu visita a la isla de La Graciosa. Todos los barcos atracan en su puerto, todas las rutas en bicicleta y en taxi 4×4 parten desde aquí y posee los únicos servicios de restauración, alojamiento y comercio de toda la isla. Todo esto en un coqueto pueblo marinero de casas blancas con ventanas y puertas de colores, calles sin asfaltar y pescadores arreglando sus redes en cada rincón. ¿Todavía no estás buscando una casa para ser el habitante 701?

Entre sus calles de arena podrás encontrar un poco de todo, pero siempre a pequeña escala. Tienes desde una farmacia hasta un diminuto bar de copas, pasando por algunos buenos restaurantes (con comida de calidad y a precios increíbles, nada de turistadas), pasando por todo tipo de servicios como alquiler de bicicletas, de equipamiento para buceo y snorkel y, por supuesto, los taxis 4×4. Por si fuera poco, tiene una coqueta playa marinera en la que disfrutar plácidamente de las aguas tranquilas y transparentes. Y para terminar, como no podría ser menos, tiene su propia iglesia, la Iglesia de Nuestra Señora.

Pedro Barba, un pueblo prácticamente fantasma

Caleta de Pedro Barba, una tranquila playa en La Graciosa.
Caleta de Pedro Barba, una tranquila playa en La Graciosa.

Pedro Barba es el segundo núcleo urbano de La Graciosa, situado a unos 6 kilómetros de Caleta del Sebo. Puedes llegar hasta él en bicicleta o en taxi 4×4, o incluso andando, aunque puede que esos 6 kilómetros se te hagan pesados.

Actualmente se trata de un núcleo vacacional de apenas 20 casas muy coquetas que únicamente están habitadas en verano, y no siempre ni siempre todas. Están construidas en torno a un pequeño puerto y espigón y carece de todo tipo de servicios para las personas que se decidan a pasar sus vacaciones en este lugar. Cuenta con una pequeña playita de unos 110 metros de aguas tranquilas y transparentes que suele ser la más desconocida y poco concurrida de la isla.

Pero… ¿Cómo se ha formado este pequeño poblado? ¿Es una construcción moderna y turística o tiene alguna historia detrás? Pues como todo en esta maravillosa isla tiene una historia muy curiosa detrás. Se cuenta que a principios de siglo, un empresario canario descubrió una importante zona de pesca cercana a esta localidad, por lo que decidió construir el muelle e instalar una pequeña fábrica de salazón de pescado. Cuando la cosa comenzaba a marchar, con el pueblo puesto en marcha, el muelle construido y empezando a funcionar la fábrica, el patrón del proyecto sufrió un accidente en uno de los barcos, momento a partir del cual todo fue en picado. La población del pequeño poblado comenzó a descender hasta quedarse completamente desierto. En los años 70, tras décadas abandonada, la propiedad de las casas pasa a ser de un grupo empresarial que las rehabilita y las convierte en un núcleo turístico, aunque protegido de la especulación por las fuertes normas de protección del territorio.

Hacer senderismo hasta la cumbre de alguno de sus conos volcánicos

Camino de ascenso hasta Montaña Bermeja, desde la Playa de las Conchas.
Camino de ascenso hasta Montaña Bermeja, desde la Playa de las Conchas.

Aunque las principales actividades de la isla están relacionadas con sus playas (aunque para llegar tengas que ir en bicicleta disfrutando del paisaje volcánico y desértico), también existe la opción de aprovechar la visita para hacer un poco de senderismo para coronar alguno de sus conos volcánicos, consiguiendo las mejores vistas de la isla. Además las mejores montañas o volcanes se encuentran junto a algunas de las mejores playas de la isla, por lo que simplemente puedes ponerte tus zapatillas, hacer cumbre y luego volver a bajar para disfrutar de un merecido baño en sus aguas turquesas.

Una de las opciones más recomendables para hacer esto es subir hasta la Montaña Amarilla, esa curiosa elevación rocosa cuya ladera de color amarillo se adentra en las aguas turquesas sin vacilar. Para subir debes continuar por el camino que lleva asta la Playa de la Cocina desde la Playa de la Francesa y continuar ascendiendo. El camino desde aquí es de apenas un kilómetro, pero con tramos algo duros y una elevación de casi 120 metros.

Otra opción es subir hasta Montaña Bermeja, que se encuentra a la espalda de la mejor playa de La Graciosa, la Playa de las Conchas, al norte de la isla. Desde su cumbre podemos conseguir una de las vistas panorámicas más bonitas de la isla, con una visión 360 grados de toda La Graciosa, especialmente de la Playa de las Conchas y del resto de islotes que forman parte del archipiélago de Chinijo. El camino está marcado por los pasos de todos los aventureros que inician el ascenso y son aproximadamente 20 minutos de caminata para superar una altura de 160 metros. Una curiosidad cuando se llega a la cima es que hay cuatro esculturas y en los recovecos de las rocas que hay junto a ellas hay papel y bolígrafo para dejar impresiones, pensamientos sobre la isla, sus playas y guardarlas en una carpeta que allí se encuentra para dejar constancia del paso por esta montaña.

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